Nuestros Sabios enseñan que la caridad hace mucho más para quien la da que para quien la recibe. El Rebe Najman de Breslov explica aún más: el dador gana bendiciones ilimitadas, un sustento más fácil, la rectificación de los pecados y la alegría de que sus plegarias sean respondidas. Cada acto de caridad también posee una repercusión global, enviando paz.