Preguntaron a Dios:
—Si tan difícil es, y tanta inteligencia se requiere para educar a los hijos,
¿por qué has permitido que cualquier persona, hasta el más simple, tenga hijos y cuantos desee?
—Hijo mío —dijo Él—, para educar a los hijos no se necesita inteligencia. Sólo se requiere Tefilá, amor y paciencia.
Este libro le ayudará al lector a tener mayores herramientas en esta difícil pero, a la vez satisfactoría tarea.