En tiempos del Rey Jizkiahu, dias oscuros se avecinabanpara Ionatán y los judíos de Ierushalaim. El perverso rey de Ashur, Sanjeriv, estaba a punto de rodear la ciudad. Cuando el peligro ya era inminente, Ionatán decidió hacer algo para ayudar a proteger a su familia, su ciudad y su pueblo.